El recorrido como práctica estética de cruce de lenguajes

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Por Lucía Seijo* 

El origen de este texto tiene lugar en el interés de estudiar la acción de caminar en las prácticas artísticas contemporáneas. Desde comienzos del siglo XX los límites del arte, como eran conocidos y desarrollados durante siglos, comienzan a ser desestabilizados y confrontados por artistas provenientes de las posteriormente denominadas ‘vanguardias’. Los movimientos artísticos de este período buscaron, no sólo quebrar con la tradición, sino unificar con énfasis el arte con la vida, vinculándose así con la praxis social. “A partir de las visitas de Dada y de las posteriores deambulaciones de los surrealistas, el acto de recorrer el espacio se utilizaría como forma estética capaz de sustituir la representación y, por consiguiente, todo el sistema del arte”[1]. A través de la experimentación en la producción y en la concepción de la obra, nuevos elementos, métodos y sentidos comienzan a ser considerados. El caminar es un ejemplo.

Estas propuestas, buscan identificar la historia y el contexto de un territorio específico y comparten un interés fundamental: el entendimiento, la producción y alteración de las condiciones espaciales como una necesidad para identificar alcances más amplios de la realidad del participante. Son el compromiso del cuerpo y la mente en el caminar lo que lo propone como un instrumento estético.

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Janet Cardiff. Registro de la obra: Münster Walk 1997, Münster Alemania.

La experiencia estética, entendida como forma de conocimiento sensible, compromete necesariamente los aspectos físico e intelectual del individuo. El caminar es la posibilidad del vínculo entre la obra de arte y el participante. La propuesta de este escito es abordar el proceso que tiene lugar cuando el arte no se representa o consolida en un objeto o una instalación sino que es una acción de lenguajes combinados que invita al público a ser partícipes a través de la actividad de caminar.  “Además de ser una acción, el andar es también un signo, una forma que puede superponerse simultáneamente a las demás formas preexistentes en la realidad y en el plano. El mundo se convierte entonces en un inmenso territorio estético, una enorme tela sobre la que se dibuja mientras se anda, un soporte que no es una hoja en blanco, sino un intrincado dibujo de sedimentos históricos y geológicos a los que, simplemente, se añade uno más”[2].

Los proyectos enunciados corresponden a trabajos de la artista canadiense Janet Cardiff, que ha producido recorridos en los que se expanden los límites del arte visual. Las propuestas toman el caminar como metodología de acción; invitan al público a convertirse en usuario y trabajan con el cruce de lenguajes al utilizar como medio el relato, el sonido y las imágenes. Las audio-caminatas como Cardiff denomina sus obras, son una experiencia de sitio específico individual que se corresponde con los nuevos modos y medios del arte; además responden a la desmaterialización del objeto de arte como anti-academicismo y así como otro indicio de discontinuidad en el arte tradicional[3].

A través de sus experiencias, Cardiff desarrolló el concepto de la caminata como escultura al creer que ambas se recorren de igual manera: una a través de la circulación de un objeto y la otra al seguir con eficacia las instrucciones alrededor de un lugar específico[4].

Para analizar este tipo de obras se van a detallar tres caminatas en particular: Münster Walk de 1997, Words Drawn in Water de 2005 y Alter Bahnhof Video Walk de 2012. Los tres recorridos comienzan cuando el participante accede al medio tecnológico que propicia el trayecto: un reproductor de mp3, una tablet o una descarga online. El usuario así da comienzo a la caminata guiado por la narración, que casi siempre tiene como voz protagonista a la artista, y las imágenes que construyen el relato audiovisual. En promedio, las caminatas tienen una duración de una hora y media y recorren espacios públicos como privados.

Las obras elegidas responden a esta nueva modalidad del arte contemporáneo donde “se reserva a los participantes un máximo de posibilidades de redefinir las tareas que realizan en el curso de su ejecución: los campos de actividad en que consisten son, sobre todo, de aprendizaje. (…) Y también en esta centralidad de la figura de la conexión, del proceso artístico como dispositivo que sirve para establecer conexiones entre espacios y personas”5.

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Janet Cardiff. Registro de la obra: Münster Walk 1997, Münster Alemania.

En Münster Walk, de 1997, comisionada por el Sculpture Park de la ciudad de Münster, las calles se convierten en las protagonistas de una narración inconexa e inconclusa sobre dejar, regresar y recordar el amor. El recorrido del audio comienza con el sonido del agua burbujeando en primer plano y las campanas de la catedral sonando en la distancia. Marcando la inmersión a la ensoñación del participante, una niña pequeña canta una canción ‘cometió un error, besó a una serpiente, cuántos médicos tomó, 1, 2, 3, 4, 5, 6 …’ El tiempo vuela hacia el pasado con el relincho de un caballo y un carruaje. La voz brusca barítona de un anciano se suma otorgando pistas que pueden llevar al usuario a ninguna parte. Con el ruido de las bicicletas y el canto de los gorriones a la luz del día, el usuario vuelve al presente. La historia está a su alrededor, envuelta en sugerencias. La voz de un hombre más joven le susurra que ha estado en sus sueños, un cliché que desencadena significantes de memoria. No es un shock cuando Cardiff murmura que ella está ‘ahora’ en Canadá, de vuelta con su perro. Preparado para cualquier cosa, el usuario casi espera la última frase cuando llega: ‘Por favor, devuelva el Walkman al museo. Presione “detener” ahora’.

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Janet Cardiff. Registro de la obra: Words drawn in water 2005, Hirshhorn Museum, Washington E.E. U.U.

En Words drawn in water (palabras dibujadas en el agua) realizada en 2005 en el Hirshhorn Museum de Washington, E.E. U.U., Cardiff aprovecha la cantidad de fuentes que se encuentran en la zona del Mall de Washington y centra el guión en el agua, utilizada como metáfora de la fluidez del tiempo y de conexión entre ideas políticas y personas. Otro interés es la prevalencia de la ilusión política en la ciudad emblemática de E.E. U.U. utilizada metafóricamente en la narración de la audioguía. Intercaladas se pueden escuchar las entrevistas de campo que Cardiff grabó. Su función como evidencia documental está oscurecida por el semi-anonimato de sus personajes: un hombre, tal vez un guardia, le cuenta con humor a Cardiff sobre la comisión del Monumento a Balzac de Auguste Rodin (1891-1898, 1965-1966); Una mujer, supuestamente de una quinta generación de residentes de la ciudad, habla de su abuelo, un trabajador afroamericano que figura en un directorio de los propietarios de la ciudad; Un hombre, que parece ser un docente, explica los Burgueses de Calais de Rodin (1884-1889, molde 1953-1959); Otro hombre, al parecer un veterano, describe su reacción ante la representación del horror en los rostros de las figuras en un nuevo monumento de guerra; Un hombre y una mujer discuten los planes de un tercero para regresar a California después de luchar para encontrar un trabajo.

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Janet Cardiff. Registro de la obra: Alter Bahnhof Video Walk 2012, Documenta (13), Kassel Alemania.

 

En  Alter Bahnhof Video Walk, realizada en 2012 en el marco de la Documenta (13), Cardiff invita al visitante a Kassel para dar un paseo por la antigua estación de tren. Equipado con un reproductor de medios portátil que puede tomar prestado en la estación, o es provisto a través de la descarga para su dispositivo multimedia personal, el participante es guiado a través de la estación por imagen y sonido. Los eventos que se desarrollan en la pantalla pequeña, previamente filmados por la artista, muestran la ubicación exacta en la que se encuentra el usuario y reproduce sus sonidos. A medida que el participante sigue las imágenes en movimiento (y trata de enmarcarlas como si fuera el operador de la cámara) se produce una extraña confusión de realidades pasadas y presentes, lo que profundiza su experiencia con su entorno. Cuando ve a una pequeña banda marchando por la sala principal desde su celular, casi espera que la misma banda esté ahí en tiempo real. Lo que es fascinante es cómo el lugar real y su versión mediada coexisten y juegan el uno con el otro. Al final, está de pie en un gran salón mientras mira en la pantalla la misma sala, desde la misma perspectiva, pero ahora con dos bailarinas entrelazadas de una manera que su baile parece a la vez erótico, potencialmente violento y complicado.

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Janet Cardiff. Registro de la obra: Alter Bahnhof Video Walk 2012, Documenta (13), Kassel Alemania.

Cada audio-caminata apela a lo perceptual y se estructura a partir de lo narrativo que va tejiendo el camino del usuario. Hay una relación íntima entre la artista (como creadora y la voz del audio) y el participante. Los pensamientos de Cardiff se transmiten a través del auricular y crean un espacio privado para el participante en medio de un área pública. Es como ser una persona anónima caminando en una ciudad. Los pensamientos del usuario son suyos, estableciendo una mezcla entre lo privado y lo público, que es mediado por el sonido y el espacio recorrido. Las obras de Cardiff elaboran un circuito por el territorio, operan con el sonido y la narración verbal, y así apelan a la percepción y al intelecto del participante.

En palabras de la propia Cardiff: “estoy interesada en cómo el audio afecta nuestra percepción del mundo físico. Entendemos el espacio tridimensional mediante el uso de nuestra visión, pero también por el carácter de los sonidos que escuchamos. Si estos sonidos son manipulados y editados, entonces nuestra percepción de la realidad puede verse drásticamente afectada[5].

Para producir los recorridos, después de establecer la ruta, la siguiente parte del proceso para la artista es caminar, escuchar y mirar. Así es como encuentra temas que hacen eco de la ubicación y definen la narración de la obra.

Cardiff responde al interés contemporáneo “de multiplicar el espacio para las mediaciones entre el proyecto y sus entornos, de modo de ampliar la zona de indiscernibilidad que se extiende en torno a ellos. (…) No se trata (…) de producir efectos en un sitio diferente al sitio donde suceden, sino en espacios locales con los cuales se conectan a través de una multitud de transiciones”[6].

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Janet Cardiff’s “Her Long Black Hair” 

En cuanto a los lenguajes artísticos empleados, lo sonoro con su preponderancia tiene una habilidad innata de transportar al participante fuera de su cuerpo. A través de la transmisión de paisajes sonoros, Cardiff lo transporta mediante su imaginación a diversos lugares transitados con su propio cuerpo, que recorre, escucha y mira. Entonces, la caminata que propone Cardiff desencadena este afecto, no por las cosas palpablemente representadas, sino por la voz o las voces del relato y la textura del sonido que interfiere en la percepción sensorial del usuario.

El lenguaje verbal es otro componente importante a considerar. Para Cardiff es el vehículo con el cual se comunica con el participante. A través de la narración, con sus instrucciones, relatos y evocaciones, va construyendo el camino y básicamente, la experiencia del usuario. La palabra es el puente.

Por último, podemos analizar el lenguaje visual que tiene una pregnancia indiscutible y puede ser el mediador entre lo sonoro y lo verbal. A través del andar la artista señala y marca hitos visuales que se entretejen en el discurso del recorrido. Las imágenes que utiliza son a veces reales y presentes y otras son sugeridas para que cada participante las evoque en su interior. En sus últimas obras ya emplea el uso del video para darle aún más importancia a lo visual como contenido de lo presente o lo ficcionado. Los lenguajes se cruzan gracias a la utilización de la tecnología, que es una parte fundamental de las caminatas. La misma es utilizada como medio para obtener objetivos y experiencias personales. En ese sentido se distancian de forma deliberada de cualquier tipo de virtuosismo técnico para que el verdadero foco de atención sea la experiencia en sí.

Ahora, estamos en condiciones de asumir la importancia de la combinación de los lenguajes sonoro, verbal y visual para la experiencia del participante. A partir de la elasticidad de cada uno, vemos que en la reunión de estos tres lenguajes se crea complejidad y se constituye un objeto que a la vez es el significante que hace al discurso, es decir a la obra. La relación entre los lenguajes es homeomórfica, porque cambia el discurso y sus significancias si algún elemento es apartado de la obra[7]. Entonces, podemos decir que los elementos que componen las audio-caminatas de Cardiff no constituyen el discurso, sino que la obra se construye gracias a su interacción, que a su vez genera un nuevo código. Esta interrelación entre los elementos y los lenguajes, posibilita la caminata y la experiencia del recorrido. Los lenguajes se necesitan mutuamente para lograr que la obra funcione como tal.

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Janet Cardiff, Wanås Walk, 1998

Para concluir, podemos articular que las obras que trabajan con el recorrido, es decir con la acción de caminar del usuario por un espacio determinado, necesariamente implican una experiencia estética al comprometer al participante en sus aspectos sensible e intelectual. Esa experiencia está mediada por la combinatoria de lenguajes que en su conformación como discurso, generan una obra que requiere de la relación análoga de los mismos para su funcionamiento. En el caso de las audio-caminatas de Cardiff, los lenguajes sonoro, verbal y visual se interrelacionan para dar lugar a caminatas que trabajan interviniendo el presente con información del pasado, confundiendo lo real con lo ficticio, atravesando un territorio específico. El resultado es una experiencia personal, intransferible, que crea un paréntesis temporal que le permite a la artista suscitar en el usuario una experiencia perceptiva que profundiza en el espacio atravesado. Cada recorrido es una experiencia distinta que interpela al participante dentro y fuera de su cuerpo, tomando lo perceptivo como punto de partida y lo narrativo como concepto.

 

 

[1] Careri, Franceso. Walkscapes –el andar como práctica estética-, p. 62.

[2] Careri, Franceso. Walkscapes –el andar como práctica estética-, p. 126.

[3] López Anaya, Jorge. Desmaterialización de la obra de arte, en La Estética de la Incertidumbre.

[4] https://fortynotes.wordpress.com/2011/03/03/janet-cardiffs-audio-walks/ 5 Ladagga, Reinaldo. Estética de la Emergencia, p. 146.

[5] https://fortynotes.wordpress.com/2011/03/03/janet-cardiffs-audio-walks/. Traducción de la autora.

Texto original: I am interested in how audio affects our perception of the physical world. We understand three-dimensional space by using our vision, but also by the character of sounds we hear. If these sounds are manipulated and changed, then our perception of reality can be drastically affected.

[6] Ladagga, Reinaldo. Estética de la Emergencia, p. 154.

[7] Marotta, Graciela. Bases para la Conceptualización de la Obra en Cruce.

 

*Lucía Seijo es Artista y curadora. Licenciada en Curaduría & Gestión de Arte de la Universidad ESEADE. Realizó estudios y talleres de arte contemporáneo en instituciones públicas y privadas entre Buenos Aires y Nueva York. Ha producido y accionado proyectos para la ciudad de Buenos Aires y para espacios independientes. Entre 2016 y 2017 cursó la Maestría en Lenguajes Artísticos Combinados en la Universidad Nacional del Arte. Dirige La Capataza, espacio y librería. Es docente y participa regularmente en la generación de proyectos que abordan o suceden en el espacio urbano. 

 

 

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