Había una vez un Encuentro de Arte de Acción y de Performance

«Souvenires argentinos» Andrea Fasani – Jorge Mancini

Por Roma Vaquero Diaz

En estos días de septiembre, se cumplieron veinte años del Primer Encuentro de Arte de Acción y de Performance de la Ciudad de Buenos Aires. Organizado por Alejandra Bocquel, Norberto José Martínez y Mónica Luisa García, transcurrió entre el 8 y el 15 de septiembre de 2000, en un espacio cedido por Galería Alicia Brandy, ubicado en Pringles 710 de la capital de Argentina.

Durante esa semana, el evento, con entrada libre y gratuita, se dividió en seis ejes temáticos y cada día contó con un cronograma de actividades, repartidas en tres bloques: exhibición en video, acciones en vivo y charlas. Además, participaron importantes críticxs, teóricxs y artistas, según el eje temático. A su vez, se presentaron acciones, performances, exploraciones tecnológicas, volantes, afiches, sténciles, intervenciones urbanas y búsquedas de cruce de lenguajes.

Intentar reconstruir la historia del arte de la performance no es tarea fácil, porque su campo de acción es en la vivencia compartida. No siempre existió la posibilidad o la fijación en la multiplicación del registro exhaustivo fotográfico/audiovisual, ya que el relato nunca es uno solo ni el que nos quieren contar. Para relatarnos la historia de la performance deberíamos aceptar que faltan piezas, que hay huecos, pero que existen las vivencias corporales que fueron partes de ella. Una historia que es múltiple, diversa, que se desarrolla simultáneamente en distintos lugares del país y de diferentes maneras.

Alejandra, Norberto y Mónica cuentan que “fue un encuentro totalmente autogestivo, contamos con la ayuda incondicional de Alfredo Portillos y la colaboración de Rodrigo Alonso, Graciela Taquini y de todos los participantes que hicieron que, por primera vez en Buenos Aires, fueran reunidos casi todos los artistas performers de ese momento”.

Pensar en la performance, y en los primeros años del siglo XXI, es entrar en ese territorio. El territorio de una Buenos Aires bajo la presidencia de Fernando de la Rúa, sin redes sociales, ni Youtube, donde los saberes compartidos y las resistencias tenían otras rutas de encuentro. “No había muchos antecedentes de algo semejante aquí, en Buenos Aires, y había mucho por hacer. Trabajamos, llenamos cuadernos con ideas, investigamos, entrevistamos, convocamos, enviamos muchísimos mails, otros tantos faxes, hicimos muchísimas llamadas telefónicas desde nuestros teléfonos de línea”, dice Alejandra Bocquel, al mismo tiempo que afirma que si tuviera veinte años menos volvería a organizar el encuentro de arte de acción y performance junto a Mónica y a Norberto.

“Era el primero para nosotros, pero conscientes de todo lo que lo antecedía, artistas y eventos, fue el primero con nombre, porque después vinieron muchos primeros encuentros. Quizá nos confundamos entonces y somos fundacionales solo cuando no investigamos”, cuenta Mónica acerca de un encuentro que contó con el auspicio de la Galería Alicia Brandy, con el apoyo de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, con Locatel y Latingráfica.

Contar, poner cuerpo a la historia de la performance sólo es posible performáticamente, es decir, abrir un relato que se va activando en el decir. Dejar de fosilizar el pasado para traerlo al hoy, para seguir conociéndonos.

 

Alejandra Bocquel, Norberto José Martínez y Mónica Luisa García

 

Mónica: “Con Alejandra veníamos de algunas experiencias en Babilonia y Ave Porco, separadas en el Parakultural y Recoleta: todo tenía sabor a veinte años, al menos para mí ya que, si bien duplicaba la edad, tengo una edad de nacimiento y otra de libertad y democracia, así que a pesar de mis 42 en ese momento yo estaba transitando mis 18 años”.

Norberto: “Recuerdo a Mónica diciendo -me ofrecen un espacio en la calle Pringles por una semana, para que hagamos lo que queramos el año próximo… ¿qué hacemos?

Recuerdo que las performances hasta el momento siempre acontecían dentro de alguna muestra con otras artes en las paredes. Queríamos ver performances y acciones independientes de una inauguración. Recuerdo: queríamos solo performances y acciones”.

Alejandra: “La primera tarea fue ponerle nombre a esto que nació del más puro entusiasmo por visibilizar estas prácticas donde cada uno de nosotros, desde donde y como podía ponía el cuerpo.

Pensamos que, si lo llamábamos encuentro de performance, sería fácilmente identificable lo que allí sucedería; pero no nos representaba totalmente, sonaba algo ajena la palabra y no abarcaba todas las prácticas a las que les veníamos poniendo el cuerpo desde hacía bastante tiempo. Entonces pensamos en el arte de acción.

A toda acción le corresponde una reacción y eso fue justamente lo que dio nombre a todo lo que sucedió en Pringles 710 y alrededores”.

Mónica: “Un sueño nos unió, hacer un encuentro de performance, le pusimos como nombre performance y arte de acción por que la palabra ‘performance’ era rara, pero no se podía sacar porque quizá, inconscientemente, sabíamos que es indefinible. Tampoco, al menos yo, podíamos definir qué íbamos a hacer y como un hijo que uno no sabe en qué momento es, ni lo que va a ser, nació el encuentro, el primer encuentro de performance y arte de acción”.

Norberto: “Recuerdo planear una estructura para cada día con ‘Proyecciones’, ‘Acciones en vivo’ y ‘Charla’ en el cierre de cada día.

Recuerdo el trabajo inmenso para llevar a cabo esa estructura.

Recuerdo reunirnos con cientos de practicantes, planear con ellos, agendar días, necesidades y horarios.

Recuerdo haber recibido, visto y revisto mucho material en VHS.

Recuerdo visitar la sala donde todo acontecería, sus paredes rosas, eternamente húmedas”.

Alejandra: “Esa casa fue tanto punto de partida como de llegada”.

Norberto: “Recuerdo a la dueña del lugar diciéndonos a los tres, imperativamente: no rompan ni deterioren nada del espacio”.

Alejandra: “De lo que no había dudas, es de que sería un encuentro”.

Norberto: “Recuerdo a Alfredo Portillos, nuestro gran maestro y referente, aceptando participar de nuestra aventura.

Recuerdo a Javier Sobrino como participante performer, pero también pintando el techo de la sala, para mejorar su aspecto”.

 

Listado de participantes

 

Alejandra: “Luego vinieron: la convocatoria; las reuniones entre nosotros; las reuniones con los artistas; armar la programación; enviar invitaciones; conseguir TV y reproductores de VHS; pintar; limpiar; sacar fotos (analógicas, de rollo); ponerle play a los videos; disponer de agua y vasos para las charlas; las performances en la sala; barrer; llevar y traer nuestros proyectores (de diapositivas); prender y apagar las luces; llenar la sala de sillas para las charlas; las performances en el patio; enchufar y desenchufar cables; las acciones en la calle; sacar las sillas de la sala para las performances; poner pitones, sacarlos y enduír las paredes; las acciones en el techo; dormir poco, soñar mucho; agua; fuego; sangre; tierra, y al cabo de siete días, con un enorme cansancio en el cuerpo, sentir una enorme satisfacción por aquello que conseguimos y una profunda gratitud hacia quienes colaboraron para que esto sucediera”.

Norberto: “Recuerdo a Graciela Taquini, aportando nombres de artistas. Ella nos presentó a Perla Benveniste y a Andrea Fassani.

Recuerdo la entrevista con Fassani… y lo nervioso que yo estaba por no saber el riesgo que podría correr ella en su propia acción.

Recuerdo haberle preguntado: ¿será necesaria una ambulancia en la puerta?

Recuerdo ir al Instituto Goethe a buscar los videos… que ya habíamos visto cientos de veces y creímos ‘fundamentales’ compartir.

Recuerdo a Mónica corriendo, yendo a buscar televisores, videocaseteras y traer todo en un taxi”.

Mónica: “Fueron días intensos, mucha gente recién daba sus primeros pasos, nosotros también, hubo de todo, fuego, aire, agua, tierra, esto es literal, y por supuesto hubo Éter, esa esencia que está por arriba de todo, que nos prende al universo, que nos invita a su juego, la luz del arte se manifestó, y entre todos los contratiempos y vientos a favor, se hizo”.

 

 

Norberto: “Recuerdo el gigantesco manchón rojo en la pared, resultado de la performance de Cecilia Nazar y mi corazón detenido en ese instante…

Recuerdo caminar de un lado a otro, poniendo y sacando sillas, prendiendo y apagando luces, subiendo y bajando volúmenes de sonido, según lo solicitaba por cada autor.

Recuerdo los nervios de que cada día salga todo bien.

Recuerdo el cansancio en mi cuerpo desde el comienzo.

Recuerdo la charla del primer día y Marina de Caro diciendo: no sé por qué estoy aquí, si yo no hago performance (?).

Recuerdo mi desazón en ese momento…

Recuerdo que el día planeado para hacer todo en la calle llovió… pero salimos igual.

Recuerdo a Rodrigo Alonso, presente todos los días con su cámara filmadora.

Recuerdo a Valeria González trayendo su propio proyector de diapositivas, porque nosotros no teníamos.

Recuerdo a mis aliados del grupo FOSA y muchas personas más apoyando, ayudando, participando, acompañando, sosteniendo.

Recuerdo el abrazo amoroso de la ceremonia final planeada especialmente para el encuentro por Mireya Baglietto”.

Alejandra: “Nosotros tres nos encontramos y nos desencontramos durante esos días.

Ese encuentro nos dio mucho más de lo que esperábamos -en todo sentido-”.

Norberto: “Recuerdo que todo salió tan bien que la Asociación de Críticos nos ternó como mejor evento del año (¡no ganamos!).

Recuerdo que después nos invitaron a organizar las performances en la calle de la primera edición de Estudio Abierto/San Telmo.

Recuerdo que terminado el evento nos mandamos a la mierda mutuamente con Mónica. Pasado el tiempo, ambos nos pedimos disculpas; dejamos de ser amigos para ser familia. Siempre nos reímos mucho de ese episodio”.

Alejandra: “Fue el primer encuentro. A los dos años volvimos a hacerlo, hicimos el segundo encuentro, pero esa es otra historia”.

Mónica: “El segundo encuentro de arte de acción y performance también nació en el 2002. Quizá soñamos mil más que no fueron, pero hubo un punto de partida del que nos orgullecemos y por el cual hoy tenemos la dicha de estar festejándolo”.

 

 

Alejandra: “Hace veinte años algo comenzó, sin embargo, lo nuestro, la magia entre Mónica, Norberto y yo, había empezado mucho tiempo antes y aún crece. ¡Hoy nos celebramos!”.

Mónica: “Feliz aniversario a nosotros y a todos los que participaron, artistas, curadores, críticos, etc.”.

Norberto: “Seguimos: Mónica García, Alejandra Bocquel y yo, haciendo performances individualmente hasta hoy… Más de veinte años en el campo de la acción y la creación.

Perdimos amigos en el camino”.

Mónica: “C’est la vie y la performance”.

 

Hilvanar los haceres del arte de acción y de la performance nos permite construir identidad y genealogías dentro y fuera de este campo. Desde Mundo Performance celebramos estos eventos y estos recuerdos, porque son parte de nuestra misma historia.

Para acceder al registro fotográfico del encuentro ingrese aquí

 

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